Una organizadora de megaeventos entró en crisis y le echa la culpa a Shakira



La cancelación del tour internacional de la cantante hizo estragos sobre las cuentas de la sociedad que manejó durante años a Fenix Entertainment Group

La cancelación de un show de Shakira dejó a la sociedad Live Shows SA en una situación financiera “delicada”. Así lo expuso su titular cuando les comunicó a los miembros del directorio de la empresa que la firma había decidido solicitar un concurso de acreedores para sanear sus deudas, concedido a fines de noviembre del año pasado y publicado recientemente en el Boletín Oficial.

Live Shows SA, constituida en 2016, fue la razón social de Fenix Entertainment Group, la compañía que organizó megaeventos musicales y deportivos como la visita de Roger Federer y los recitales de Daddy Yankee y Rod Stewart, entre otros.

En este momento, y desde hace algunos meses, la marca opera bajo el mando de Perfeta Producciones SA y tiene varios shows agendados para los próximos meses. Ambas sociedades fueron constituidas por la misma persona, Marcelo Figoli.

LA NACION se comunicó con la compañía, que alegó que Live Shows SA no está relacionada con la gestión actual de Fenix Entertainment Group y prefirió no dar más precisiones.

El de los recitales es un sector afectado por la devaluación Crédito: Shutterstock

En la reunión de directorio en la que la sociedad informó sobre la intención de presentarse a concurso, el titular de la compañía aseguró que la firma tuvo un inconveniente financiero producto de una contratación de Shakira en agosto de 2017. El contrato se hizo en dólares a una cotización que en ese momento rondaba los $18.

A fines de ese año, la artista canceló su gira internacional por un problema de salud, pero, de todos modos, en junio de 2018 Fenix tuvo que comenzar a pagar ese contrato con un dólar a $27.

Además del inconveniente con Shakira, el titular de la compañía cita la alta inflación de 2018 y la devaluación que llevó al dólar a cotizar por encima de los $60, factores que afectaron la venta de entradas para espectáculos en vivo y el esponsoreo de marcas y, por ende, la rentabilidad de la compañía. Además, mencionó que la organización tampoco pudo recurrir al mercado de crédito para resolver su pasivo.

Al 31 de agosto de 2019, la compañía tenía un pasivo de más de $72 millones. Acumulaba deudas impositivas por casi $40 millones y obligaciones con proveedores por más de $24 millones.

Un sector afectado por el dólar

Desde que comenzó la crisis cambiaria, en abril de 2018, el sector de los espectáculos en vivo se vio sacudido. Sucede que gran parte de sus obligaciones están en dólares, ya que contratan figuras internacionales para sus shows.

Además, muchos contratos se acordaron con un determinado tipo de cambio y, en tiempos de alta volatilidad, terminaron cancelándose con otro más alto, desfasaje difícil de cubrir con el traslado a precios de las entradas.

Por otro lado, y tal como alegó la compañía en su presentación a concurso, en tiempos de bolsillo ajustado las entradas para espectáculos en vivo -cuyo valor suele superar los tres ceros- se convierten en un bien prescindible.

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