Exportar más a corto plazo, una meta posible pero compleja por la realidad macroeconómica Crédito: Xinhua
Que la Argentina sume US$20 mil millones más de ingresos por exportaciones en el término de dos años (sobre un piso actual estimado en US$65.000 millones), como ambiciona el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, es una meta que cuenta con el apoyo prácticamente unánime del ámbito privado. La planificación que encara la Cancillería va por más y proyecta redoblar el crecimiento en un mediano plazo. También hay coincidencias entre funcionarios y referentes del sector privado, consultados por LA NACION, en que esta subida progresiva está condicionada por diversas variables; por un lado, las que se relacionan con las reformas que reclaman los sectores empresariales y, por el otro, el de la incertidumbre ante una pospandemia que se vislumbra tan incierta como desembarcar en un planeta desconocido.
Siempre y cuando “no haya una fuerte caída en la economía mundial”, para el gobierno argentino no sólo se podrá lograr ese incremento en el corto plazo, sino que “también es posible alcanzar el objetivo de US$100 mil millones en el mediano plazo”, de acuerdo con las proyecciones del secretario de Relaciones Económicas Internacionales del Palacio San Martín, Jorge Neme, en tanto se puedan lograr “a nivel interno algunas articulaciones para definir una estrategia exportadora conjunta” con el sector privado, que juega el rol de “motor”.
En este marco, la misión del sector público es la de “articular con las áreas productivas, que es la esencia del Consejo Público Privado para la Promoción de las Exportaciones”, creado mediante la Resolución 136/2020 del Ministerio de Relaciones Exteriores. Como parte de una estrategia que abarca “bienes y servicios”, Neme destaca que la Cancillería mantendrá “una coordinación” con las provincias y con los ministerios involucrados: “Desarrollo Productivo, Agricultura, Ganadería Y Pesca, Ciencia y Tecnología, Cultura, además del Banco Nación, el Bice (Banco de Inversión y Comercio Exterior) y el Banco Central”.
Para analizar la factibilidad del plan exportador que propicia el Estado, el presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (Cera), Enrique Mantilla, aporta estos datos: “Considerando que las exportaciones de bienes fueron en el 2019 US$ 65.110 millones y que nuestro escenario básico para 2020 es de US$ 58.000 millones, el objetivo de exportaciones al 2022 por US$ 83.000 millones implicaría un aumento del 43%”, por lo cual evita pronunciarse hasta analizarlo más profundamente.
Si bien otras previsiones estiman que el ingreso por exportaciones para este año será de 65.000 millones, la inquietud por la pandemia se impone como “un denominador común en el contexto global”, observa Paula Bibini, titular de la Unión Industrial de Salta y advierte que “las proyecciones indican que las ventas externas argentinas se contraerán entre un 15 y un 18 por ciento”.
Bibini agrega la posibilidad de que “las manufacturas industriales caigan más, porque dependen de la demanda externa y el crecimiento de nuestros vecinos, quienes más demandan nuestros productos. Además de que las potencias industriales tendrán más saldos exportables que presionarán competitivamente a nivel global”.
Considerando que las exportaciones de bienes fueron en el 2019 US$ 65.110 millones y que nuestro escenario básico para 2020 es de US$ 58.000 millones, el objetivo de exportaciones al 2022 por US$ 83
Ante ese panorama, la dirigente opina que “para salir de esta situación inédita, nos enfrentamos al múltiple desafío de recuperar niveles de producción y ventas desde pisos históricos y retener negocios”.
Mario Grinman, secretario de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) confía más en que un significativo crecimiento en las exportaciones podrá darse “en el mediano plazo y no en el corto”, si es que se producen “reformas en favor de la actividad productiva exportadora y si se logra estabilizar la economía”.
Coincide Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara) en que el país “tiene condiciones para hacer crecer sus exportaciones, pero debe lograr estabilidad macroeconómica” para arrancar.
A favor y en contra
¿Qué tiene a favor y en contra el país para lograr el gran despegue de sus exportaciones? El canciller Solá valora como un hecho auspicioso el acuerdo asumido por “más de cuarenta cámaras de todo el interior; una unidad de productores y comercializadores, en pos de aumentar las exportaciones argentinas que nunca se había visto”, como resaltó al presentar el nuevo Consejo.
En tanto, el secretario Neme apunta en el haber del país “notables fortalezas en materia de conocimiento, know how agroalimentario e industrial, software, tecnología satelital, biotecnologías e informática, entre otros rubros”.
Como positivo, Bibini pone en relieve que “la pandemia dejó en claro que la industria argentina está a la altura de las circunstancias. En una crisis sanitaria como la que estamos atravesando ha sido fundamental el aporte de nuestro sector, produciendo bienes esenciales para la población, readaptando líneas de producción y cumpliendo con los estándares de higiene y seguridad. Por eso, creo que podemos encarar este desafío, a medida que se vayan implementando las iniciativas necesarias para lograr el objetivo de exportar más y con mayor valor”.
En cuanto al debe, estima prioritario “diseñar un esquema de derechos de exportación y reintegros que promueva el agregado de valor, que hoy no es tal”, como fue planteado por la UIA en sus propuestas de reactivación.
Agrega que, además, se debe “reactivar la prefinanciación y post financiación para la actividad exportadora”. Repara en que “la Argentina tiene un sistema financiero muy chico, que debería crecer y reorientarse para complementarse con el sistema productivo” y aventura que “la resolución de la deuda otorga un poco de aire en este sentido, para que haya más instrumentos crediticios y oferta de financiamiento”.
José Alberto Zuccardi, presidente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA) y de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), propone “una política de reintegros específica para los productos de alto valor agregado, como son los vitivinícolas, junto con una rebaja de los derechos de exportación” y remarca que los costos logísticos “siguen siendo un cuello de botella”.
Grinman demanda reformas que “animen a las empresas a concretar acuerdos comerciales privados de mediano plazo con clientes en el exterior”, porque considera que “la única manera de aumentar exportaciones de modo sustentable es lograr relacionamientos comerciales sistemáticos en redes productivas externas”.
Además, insta a crear “redes de mejora en la producción local y en las cadenas de abastecimiento internas, con mejores insumos, más financiamiento, mejor logística y servicios varios”, y a “iniciar un sendero para eliminar las retenciones a las exportaciones”. Añade que “gradualmente, debería aliviarse la carga impositiva sobre la producción”.
Dónde está la clave
La clave para conseguir un salto cualitativo en el comercio exterior, es, para Mantilla, “insertarse adecuadamente en una economía global en transición” y reflexiona: “La operación que se debe realizar implica coordinar la apertura progresiva de la cuenta capital coordinada con la cuenta comercial. Pero hay que recordar que sin un incremento sustancial de la productividad no hay esfuerzo sostenible de la competitividad”.
Mantilla evalúa que también es “clave el tema de infraestructura logística para la exportación” y agrega que “una de las cuestiones que se deben tratar es la constitución del Consejo Nacional para la facilitación del Comercio, obligatoria desde enero de 2018, cuando la Argentina ratificó el acuerdo de Facilitación de Comercio en la Organización Mundial del Comercio (OMC). También Grinman considera que “avanzar en la implementación de las disposiciones que están en el espíritu del ese acuerdo sería de gran utilidad para agilizar el intercambio externo”.
Idígoras juzga clave bajar el costo argentino “agilizando la facilitación electrónica de documentos estatales de comercio exterior”, tema que propuso al canciller Solá y estima que “el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) tiene una propuesta de ley agroindustrial federal, inclusiva, sustentable y exportadora, que va de la mano con la propuesta de la Cancillería” y que “todo el agro está muy comprometido con el objetivo exportador”. El CAA está conformado por 40 entidades de la agroindustria para llevar adelante el plan que genere un aumento del 53% de las exportaciones de la actividad y genere 700.000 nuevos puestos de trabajo.
El CAA está conformado por 40 entidades de la agroindustria para llevar adelante el plan que genere un aumento del 53% de las exportaciones de la actividad y genere 700.000 nuevos puestos de trabajo.
“Es un paso positivo “, comenta Mantilla y puntualiza que la CAC propuso a la Jefatura de Gabinete “que la Argentina cuente con una estrategia exportadora con participación de todos los ministerios y organismos clave”. Para Idígoras es un organismo “imprescindible, que logrará transparencia en las negociaciones de la Cancillería y un consenso sobre mercados prioritarios y productos de interés”. Zuccardi resalta que la Corporación Vitivinícola “participará activamente” del Consejo.
Para Bibini, es importante “contar con un Estado que articule, facilite y promueva nuevos destinos”, que provea “herramientas para que cada vez haya más y mejores exportadores, agilizar certificaciones, tanto de aduana como de organismos de control, como-Senasa o Anmat”.
Acuerdos en pandemia
El secretario Neme asegura que la Cancillería “monitorea las oportunidades para la producción argentina, a través de sus representaciones. Esta tarea se multiplica en el contexto de la pandemia global, donde surgen tanto problemas como oportunidades impensadas. Aunque nuestra cadena agroindustrial es una de las más competitivas, hay oportunidades en todos los sectores y regiones”, afirma.
Acerca del Mercosur, realza que “la Argentina ha llevado a la mesa regional su inquietud respecto de la necesidad de fortalecer internamente mayores capacidades competitivas, antes de apresurarse a firmar acuerdos de libre comercio. Mercosur es el proyecto regional más importante de la Argentina, una política de Estado, y participamos llevando nuestra perspectiva respecto del impacto de la pandemia en la economía global”.
“El Mercosur exporta al mundo más de US$ 120 mil millones en alimentos y ese número nos coloca en una posición de relevancia internacional. Somos conscientes de que se puede incrementar significativamente ese valor, profundizando nuestro actual acceso y también ingresando a nuevos mercados”, enfatiza Neme.
Grinman analiza que “para ingresar mejor en las cadenas de valor internacionales, especialmente las regionales, se requieren más acuerdos comerciales con otros países, que favorezcan a las empresas su avance en alianzas privadas productivas de desarrollo continuo y de acción regular en esos otros mercados. Por eso el Mercosur modernizado, que al parecer está comenzado a discutirse en el bloque, será de gran ayuda”.
“Sería muy positivo que el propio bloque avanzara en lo que ha iniciado: celebrar acuerdos comerciales con otros mercados, en particular la Unión Europea y el Acuerdo Europeo de Libre Comercio (EFTA), aunque ya hay en estado preliminar conversaciones con otros mercados, dentro de los cuales será bueno mejorar la integración del comercio en Latinoamérica, hacia donde se dirige la mayoría de nuestras exportaciones”, opina Grinman.
Priorizar a las pymes
La impronta puesta en el flamante Consejo Público Privado para la Promoción de las Exportaciones es su nivel operativo. Para ello “se ha dividido el universo exportador en catorce sectores, que estarán conformados por las entidades y cámaras con intervención activa en el comercio exterior. Existirá una asamblea compuesta por todos los miembros, una mesa directiva que podrá reunirse mensualmente y comisiones de trabajo conformadas por referentes técnicos de esos grupos, con un funcionario de la Cancillería como enlace en cada sector”, precisa el secretario Neme. Los primeros anuncios de Cancillería consignaron que ya se relevaron 62 destinos prioritarios para casi 250 productos alimenticios.
Sobre la integración del sector de pymes dentro del Consejo, el directivo sostiene que “son la gran prioridad, porque son las empresas que mayor asistencia necesitan para, en algunos casos, lograr su primera exportación, y en otros consolidar su presencia en el exterior”. Añade que también son prioritarias las capacitaciones, ahora virtuales, que organiza la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional; las misiones comerciales virtuales que organiza la Cancillería; y “todas las actividades que generan nuestras embajadas, centros de promoción comercial y consulados en el exterior”, dice Neme. “Cuando hablamos de conectarnos al mundo en forma pragmática tenemos en mente a las pymes y a las economías regionales. Es necesario aprovechar ventajas comparativas no aprovechadas que nuestro país tiene en sus economías regionales”, sostiene..
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