Fuente: AFP
A partir de mañana, Alberto Fernández tendrá por delante la difícil tarea de “arreglar el caos” que deja Macri. Así lo define una columna de opinión publicada en el diario británico Financial Times, escrita por el economista Héctor Torres, representante argentino ante el FMI en dos ocasiones.
En su artículo, el especialista aseguró que Mauricio Macri logró lo que hace cuatro años parecía imposible: empeorar la horrible situación económica que heredó de la nueva vicepresidenta, C ristina Fernández de Kirchner. Torres es consultor de McKinsey & Company y en dos oportunidades fue representante argentino ante el FMI. Además, es investigador del Centro para la Innovación en Gobernabilidad Internacional
En la columna publicada ayer, Torres sostiene que Macri asumió el cargo hace cuatro años, la Argentina se estaba quedando sin reservas. Las importaciones de piezas y maquinaria esenciales para la industria se retrasaron o simplemente se bloquearon, y el Banco Central ( BCRA) se vio obligado a financiar un déficit fiscal de aproximadamente el 5% del PBI. Sin embargo, el gobierno de Cristina Fernández continuó alimentando la demanda interna subsidiando el consumo.
Crédito: Twitter
Para Torres era esperable que la Argentina se transformara en una zona prohibida para los inversores, debido a la combinación de alta inflación, infraestructura pública decadente, corrupción desenfrenada y políticas inconsistentes. Las expectativas del mandato de Macri eran altas, pero el gobierno no pudo cumplir. En su editorial, rescata que mejoró la calidad de algunas instituciones, como el Indec, y que la contratación pública fue más trasparente.
Sin embargo, la gestión económica de Macri es considerada “calamitosa”. La nota recuerda que el presidente pidió ser juzgado por su éxito en la locha contra la pobreza y la inflación, dos ítems que aumentaron durante su gestión. Aunque el gobierno se jacte que de que la cuenta corriente dejará de estar en rojo, el precio que se pagó por ese éxito fue una recesión de dos años y una fuerte caía en las importaciones.
El consultor cuenta que Macri era el favorito de los mercados, por lo que asumió que habría inundaciones de dinero en el país, pero la inversión extranjera se quedó estancada en niveles similares a los observados durante la gestión de Cristina Fernández. Sólo ingresó el capital financiero especulativo a corto plazo (y salió). A su vez, y para complicar aún más las cosas, Macri deja el cargo con la Argentina esposado a un gigantesco programa de préstamos del FMI.
Fuente: LA NACION – Crédito: Santiago Filipuzzi
El artículo del Financial Times sostiene que mientras tanto, la orientación de la política económica de Fernández no está clara y que el FMI y los acreedores privados trataron de dar sentido a sus declaraciones. Además, Fernández prometió no imponer más austeridad a los ya empobrecidos argentinos, y afirmó que los acreedores privados no deberían tener que soportar un “corte de pelo”. Fernández también dejó en claro que no está interesado en pedir prestado del saldo que queda en el acuerdo de reserva que Macri firmó con el FMI en octubre de 2018 (alrededor de US$13.000 millones).
Sin embargo, asegura Torres, Fernández no podrá evitar al FMI y la austeridad, y respetar los reclamos de acreedores privados al mismo tiempo, por lo que el presidente electo deberá tomar decisiones difíciles.
Con el resto de América Latina en llamas, Torres explica que sería imprudente darle un nuevo giro al trinquete de la austeridad, por lo que Fernández tendrá que pedirles a los acreedores privados que acepten un significativo “corte de pelo”. Los acreedores han mostrado su disposición a comprometerse, aunque, como saben que el FMI es un acreedor privilegiado, antes de llegar a algún acuerdo, quieren asegurarse de que el organismo internacional no esté más en el camino. De esta forma, antes de cerrar un acuerdo con acreedores privados, Fernández deberá garantizar la continuación de la línea de vida financiera del FMI, preferiblemente con una facilidad extendida para extender los reembolsos hasta los próximos 10 años.
Fuente: Reuters
Torres afirma que esto no debería significar un gran problema, ya que el FMI adoptó una actitud de esperar y ver. Aunque suspendió los desembolsos que estaban programados para este año, en varias ocasiones indicó que está dispuesto a apoyar a la Argentina.
Para el consultor, Fernández no tiene tiempo que perder, debido a que las reservas se están agotando y en caso de dilación se estará en manos de los litigantes profesionales. Torres clarifica que si los acreedores privados pierden la paciencia, podrán comenzar a vender sus reclamos a los “fondos buitres” y, como ya sabe el país, a esos fondos no les importa si se pueden pagar las deudas.
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