PAIS: el nuevo impuesto y su impacto en diferentes operaciones



La situación de emergencia postulada por el Gobierno llevó a la creación de un nuevo impuesto denominado PAIS: Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria.

Este tributo se aplicará, durante cinco períodos fiscales, en las siguientes situaciones: compra de billetes y divisas en moneda extranjera para atesoramiento o sin destino específico según la normativa cambiaria; cambio de divisas realizado por entidades financieras por cuenta y orden de terceros destinadas al pago de la adquisición de bienes o prestaciones y locación de servicios en el exterior, con cancelación vía tarjetas de crédito, de compra o de débito o medio equivalente (incluidas las extracciones /adelantos de efectivo en el exterior).

Aplica también en los casos de compras a distancia en sitios web en moneda extranjera; adquisición de servicios en el exterior contratados a través de agencias de viajes, y adquisición de servicios de transporte terrestre, aéreo y acuático de pasajeros con destinos en el exterior (excepto los pasajes en pesos que, para ser cancelado el pago, no se requiera pasar por el mercado de cambios).

Quedan exceptuados los gastos relacionados con las prestaciones de salud, medicamentos, libros y plataformas educativas, así como proyectos de investigación del sector público nacional, provincial o municipal.

La alícuota del impuesto es del 30% del equivalente en moneda nacional del importe de la operación. El destino de lo recaudado es doble. Por un lado, el 70% se destinará a la Anses. El 30% será para solventar obras de infraestructura, financiar el fideicomiso del Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana, y fomentar el turismo local.

Al ser un impuesto enteramente nuevo, que no puede compensarse contra un tributo preexistente, el PAIS representa un costo adicional para cada operación alcanzada. En consecuencia, se pasará en estos casos de un tipo de cambio oficial de $63 por dólar a uno de $82 por dólar, aproximadamente.

El principal impacto de este “desdoblamiento” cambiario se verificará probablemente en materia de viajes y compras en el exterior. Más allá de su propósito recaudatorio, la medida se orienta a desalentar el turismo externo y las actividades asociadas, con el objetivo de reducir el gasto en divisas. La situación tendrá consecuencias sobre los costos de las empresas en el caso de viajes de negocios y de otros gastos originados en bienes y/o servicios conexos que no puedan canalizarse al tipo de cambio oficial (sin impuesto).

Al institucionalizarse una brecha cambiaria de semejante magnitud, queda por ver cuáles serán los efetos de su sostenimiento en el mediano plazo.

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