Los empresarios creen que el aumento definido por el Gobierno es prudente



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Los empresarios conocen bien el juego. Es poco inteligente ponerse enfrente de un gobierno que recién comienza con su gestión. Sobre todo en la Argentina, donde sobran las discrecionalidad oficiales. Por eso, para la mayoría de los hombres de negocios el aumento que impulsará Alberto Fernández por decreto para el sector privado y público será aceptado, pese a las críticas que rondarán en torno a las formas.

Pero no es la única razón por la que, para las compañías privadas, este incremento que se pagará en dos cuotas en el verano local es prudente. Las empresas esperaban un piso más elevado a los $4000 y señalan que es bueno que sea a cuenta de futuros aumentos acordados en paritarias, pese a que el concepto de remunerativo sellado oficialmente los obligue a pagar más de contribuciones y aportes (más fondos para el Estado Nacional en un momento de necesidades financieras).

Sin embargo, los representantes de las pymes en las cámaras patronales volvieron a reclamar que las pequeñas empresas tengan algún tipo de compensación para poder hacer frente al aumento. En tanto, sus colegas en otros segmentos cuestionaron, como lo hicieron también en tiempos de Mauricio Macri, que un decreto del Gobierno sea la forma de ampliar la capacidad adquisitiva de los trabajadores argentinos.

En la Unión Industrial Argentina (UIA) afirmaron que pedirán las opiniones y observaciones de las cámaras que integran la entidad donde conviven más de 800 convenios colectivos con “realidades muy distintas”. Dijeron que, hasta entonces, en la UIA no habrá pronunciamiento.

“Nunca me parece una buena idea que los gobiernos se metan en las paritarias. Entiendo el motivo, pero fijar una suma sin consultar al sector no me parece una buena medida”, afirmó, en ese sentido, Raúl Amil, presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), que además estimó que la suma acordada era “pagable”.

“Me parece que la decisión de que sea en dos cuotas y que sea a cuenta de futuras paritarias mejora la posición de sectores que estaban comprometidos”, dijo José Urtubey, director de Celulosa. “Hay que pensar en políticas financieras para capital de trabajo que mejoren el perfil de la producción que está en situación grave”, agregó el industrial.

“Es muy prudente. Es parte de la estrategia de calmar las aguas hasta terminar de negociar”, afirmó a este medio un productor textil que prefirió mantenerse en el anonimato.

“Dependemos del consumo interno”, indicó Emmanuel Poletto, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete. “Estamos a favor de que se recupere el poder adquisitivo y de que haya más consumo para productos nacionales. Vamos a poder pagar los aumentos si hay más consumo. Es bueno que haya cuotas y los sindicatos tuvieron buena predisposición”, agregó el directivo, que se mostró expectante para saber si habrá una posibilidad de que las alzas no sean remunerativas, por lo menos, para las pequeñas y medianas empresas.”Estamos esperando confirmación”, completó.

“Estamos en suposiciones”, alertó Pedros Cascales, hombre de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), quien dijo no conocer aún la última letra chica del decreto que se supone se publicará mañana. “Creemos que sería no remunerativo, sin aportes y contribuciones para las pymes de hasta 25 empleados”, se confió.

“Hay que contemplar sectores o regiones muy castigados, que posiblemente no puedan pagarlo. Es necesario darles algún tipo de asistencia o compensación para hacer frente a esta decisión Hay que tener en cuenta además que en Comercio tenemos aumentos de paritarias 5% en enero y de 4,5% en marzo, con lo que se estarían sumando dos incrementos juntos”, dijo Cascales, quien se mostró, no obstante, de acuerdo con la idea de recomponer el salario y alentar el consumo.

“Es necesario contemplar son las situaciones de las pequeñas empresas en un contexto de crisis para que puedan cubrir el aumento tal como sale. Hoy no conocemos los detalles”, afirmó el directivo de CAME. En esa cámara advirtieron por la rentabilidad y competitividad de sus empresas y por la necesidad de políticas diferenciadas por región, tamaño y tipo de compañía.

En otra asociación ligada al comercio también señalaron en off the record que están viendo los detalles del incremento oficial por decreto. Indicaron que, a primera vista, fue una decisión acertada del Gobierno establecer un piso bajo, pero señalaron que hay sectores en el interior del país -donde la informalidad es elevada- que no pagarán la suba.

“Más que prudente, hay que hablar de necesidades y posibilidades”, dijo Mario Grinman, secretario Cámara Argentina de Comercio (CAC). “El asalariado necesita recomponer su poder adquisitivo, lo que es comprensible; y el comerciante no tiene posibilidades de seguir sacando plata de un sector al que el ha ido muy mal en los últimos años. Pero, al ser un decreto, hay que cumplirlo. Los comerciantes harán el mayor esfuerzo”, agregó el directivo.

No todos estuvieron de acuerdo con la definición oficial. “La decisión unilateral del Gobierno interviniendo en decisiones del sector privado, conjuntamente con el congelamiento de precios y tarifas, limitan seriamente el campo de acción de la empresa privada y no dieron resultado en el pasado”, cuestionó, en tanto, Miguel Blanco, coordinador del Foro de Convergencia Empresarial y director general de Swiss Medical.

“En nuestro caso un aumento remunerativo, que se suma a los que se dieron en 2019, sin baja de costos impositivos y sin ajuste de cuotas, se hace impagable”, criticó, poniendo la lupa en el sector de la salud.

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