Pesce ya empezó a trabajar en la entidad y dejó algunas definiciones
La gestión de Miguel Pesce al frente del Banco Central ( BCRA) dio comienzo informalmente ayer. Se presentó en Reconquista 266 para supervisar la actividad de la mesa de operaciones de la entidad y tomar contacto con la “línea”, aunque no está formalizada aún su designación, lo que está previsto para las próximas horas.
Según pudo reconstruir LA NACION, su objetivo fue que el cambio de administración no genere intranquilidades, por lo que definió que el BCRA seguirá operando en el mercado en los próximos días como lo venía haciendo hasta ayer, al menos hasta que se formalicen las designaciones de quienes lo acompañarán en el directorio y se pueda dar nueva forma al Comité de Política Monetaria (Copom) que tendrá a su cargo entregar las primeras definiciones de la gestión Pesce.
Ese cuerpo, encargado de definir el nivel de tasa y los lineamientos básicos de la política monetaria, quedó desmembrado al quedar formalizadas ayer las renuncias de su antecesor, Guido Sandleris, y sus dos vicepresidentes, Gustavo Cañonero y Verónica Rappoport, que eran parte de ese comité, del que también participan hasta aquí el director Enrique Szewach y el subgerente general de Investigaciones Económicas, Mauro Alessandro.
Por lo pronto, lo que Pesce confirmó a la línea es que las restricciones cambiarias impuestas y reforzadas desde hace unos meses no sufrirán modificaciones en lo inmediato, ya que la instrucción recibida del presidente Alberto Fernández fue “cuidar las reservas”. En todo caso, podrán plantearse modificaciones aunque leves en adelante luego de que el país cierre la reestructuración de deuda y tenga en claro su nueva agenda de compromisos al respecto. También adelantó que impulsará una baja de tasas, porque “están en niveles que bien medidos significan el 80% anual y asfixian la actividad”, pero aclaró que será un proceso gradual y buscando cuidar además a los que ahorran en pesos.
El economista considera que el BCRA ya no cuenta con herramientas que le permitan bajar la “inercia inflacionaria” que legaron las sucesivas corridas contra el peso y confía en que el acuerdo económico y social que planteó como eje el presidente Alberto Fernández cargue con el grueso de esa tarea. “Solo una vez que salgamos de esa inercia los instrumentos de política monetaria (el manejo de la tasa de interés o el control de los agregados) van a recuperar alguna efectividad que, sabemos, nunca es inmediata”, señaló en la entidad. Allí también dejó entrever que, llegado el tiempo de esterilizar la expansión monetaria de fin de año, buscará algún instrumento que sea a un plazo mayor que el de las letras de liquidez (Leliq).
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