Para realizar un balance razonable sobre las medidas que adoptó el gobierno saliente es necesario remontarse a épocas en que, si bien los principales indicadores de la macroeconomía registraban en los hechos guarismos similares a los actuales, en la operativa las cosas hoy son muy distintas.
A pesar de estar finalizando -al igual que en 2015- con derechos de exportación y controles cambiarios, la visión del gobierno de Macri de simplificar y facilitar produjo resultados concretos, algo difícil de negar por cualquier operador habitual. El gran avance lo constituyó la plataforma digital de Trámites a Distancia (TAD), mediante la cual hoy miles de trámites se realizan sin necesidad de fijar un domicilio en el radio urbano de CABA y sin intermediarios. Prácticamente todos los organismos, al menos los que más actúan en comercio exterior, se encuentran en dicha plataforma, e interactúan directamente con el interesado, quien hace llegar información sobre su petición adjuntando archivos y completando formularios online.
Además de una reducción importante de costos, esto acortó la obtención de las autorizaciones oficiales a cuestión de pocos días. Así fue como la gestión de un Certificado de Tipificación de Importación Temporaria, herramienta que permite optimizar los procesos fabriles para la exportación, pasó de meses a semanas.
Para fomentar la inversión, se remozaron antiguos regímenes para reducir aranceles de importación, como el de Importación de Bienes Integrantes de Grandes Proyectos de Inversión (Res. ME 256/00), obteniendo menores tiempos de trámite, con cientos de proyectos aprobados por varios miles de millones de dólares.
En muchos casos el desarrollo de herramientas tecnológicas fue acompañado de modificaciones normativas, poniendo un mayor balance entre la Administración y los administrados y razonabilidad en los procedimientos. Cambios en trámites para la obtención de autorización para importar alimentos o envases ante el INAL lograron reducir los tiempos de manera significativa, al incorporar el silencio de la administración como elemento para concluirlos. Incluso en cuestiones de seguridad eléctrica se puso claridad sobre cuáles mercaderías debían ser controladas por la Aduana a su ingreso, optimizando los procesos de verificación, reduciendo tiempos de liberación.
Respecto a esto último, la gestión saliente redujo los tiempos de liberación de las mercaderías importadas, permitiendo que el 95% de las operaciones se liberen en menos de 48 horas, del 77% que registraba en junio de 2017. Esto lo logró enfocándose en los controles ex-ante y ex post al registro de la declaración, y en realizarlos sobre el operador y no tanto sobre la mercadería. Por un lado impulsó el programa de Operador Económico Autorizado, que permite a los operadores ser calificados como confiables si cumplen con requisitos de compliance y de seguridad, e incluso celebrar acuerdos de reconocimiento mutuo con otros países. También propició el uso del Certificado de Origen Digital, incorporó herramientas informáticas de big data y gestión documental electrónica, además de informatizar el módulo del manifiesto del medio de transporte. Otro eje fundamental fue concentrarse en la selectividad, pasando de un 28% de canales rojos a un 11% en estos días.
En materia de importación, se pasó a un esquema aceptado dentro de la OMC a través de las Licencias Automáticas y No Automáticas, eliminando arbitrariedades y requisitos alejados de las normas internacionales. También hubo avances en los procedimientos para importar bienes de capital usados, con tiempos más ajustados para obtener su autorización.
Por el lado de la exportación, comenzó a desarrollarse la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE) mediante la cual se busca realizar y mostrar en un mismo lugar todos los trámites asociados a una exportación, integrando a todos los organismos intervinientes. Concretamente, el Senasa eliminó más de 1500 aranceles, 150 trámites, 80 registros y 700 normas, además de estar incorporando tecnología blockchain en los certificados fitosanitarios para darles transparencia y hacerlos inalterables.
Por el lado de los reintegros, estos no se cobraban, o se hacía con demasiada lentitud. En la actualidad, todos estos procesos se realizan de forma electrónica, y los reintegros se cobran en pocos meses si se cumplen los requisitos. Similares mejoras se realizaron dentro de los procesos sumariales aduaneros, al permitir que se aporten pólizas de caución para garantizar las multas, e implementar procedimientos electrónicos que permiten generar automáticamente las notificaciones y las respuestas de los operadores.
En tanto a la promoción, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici) actuó fuertemente en brindar servicios de consultoría, información y facilitación para detectar oportunidades de negocios. Asimismo, se abrieron hubs logísticos en distintos puntos estratégicos del planeta.
El desafío como país ahora es mantener lo bueno que se ha concretado y eso implica una fuerte orientación hacia los resultados, no solo de quienes ocuparán roles de liderazgo en el gobierno, sino de todos quienes integran la administración pública, y de los empresarios, para convertirnos en verdaderos protagonistas del desarrollo de nuestra industria.
ADEMÁS