Automáticamente la comparación aparece: ¿Y Messi en la MLS? ¿Y Cristiano Ronaldo y Benzema en la misma liga de Arabia que irá Ney? El tema es que estos rumbos alternativos cambian según cada jugador, su momento, su proyección, su ambición y, claramente, su edad. Neymar tiene 31 años, y eso le permite aún proyectar seriamente con pelear una Copa del Mundo con Brasil. Leo ya la ganó y sopló 36 velitas, Benzema está cerca de cumplir la misma edad que Messi y CR7 hace historia porque a los 38 continúa haciendo goles cerca del retiro.
Neymar fue un boom desde que apareció en el Santos. Su clase, su frescura, su talento particular lo llevaron a un pico de rendimiento en el Barcelona con el admirado trío que formó con Messi y Luis Suárez. Un Mundial le fue esquivo por una patadón infernal, en el otro su físico tampoco lo ayudó y cuando su llegada al PSG hacía disparar nuevamente la ilusión, el contexto otra vez pareció ponérsele en contra. No sólo por las recurrentes lesiones, sino porque la vida -y los euros- lo llevaron también en un club que fue capaz de destratarlo tanto a él como a Messi e incluso al mismísImo Mbappé.