Durante el miércoles, luego de la eliminación de Bayer Leverkusen en la Champions, Lucas Alario protagonizó un particular momento televisivo cuando le preguntaron si jugaría en Boca y, con algo de molestia, respondió que ese tema ya lo había aclarado meses atrás. ¿Qué había dicho en ese entonces? “No jugaría allí por el cariño que le tengo a la gente de River”.
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La historia de Alario es bastante particular. Porque cuando estaba en Colón, antes de llegar a River, había confesado que era simpatizante de Boca. Sin embargo, enseguida había añadido que como buen profesional, no tenía inconvenientes en jugar en el Millo si le tocaba la oportunidad.
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Finalmente, en 2015 pasó a Núñez, donde tuvo una rutilante estadía: importantes goles y títulos, como en la final de la Libertadores 2015, la Recopa 2016 o la Copa Argentina de ese mismo año (4-3 vs. Rosario Central). Además, supo marcarle al equipo por el que simpatizaba. Sí, al clásico rival de la Banda.
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Primero, en el 2-4 de 2016 en el Monumental: de cabeza para colocar el momentáneo 2-1 que le daba la victoria a River. La alegría no pudo ser completa por el resultado final en favor del por entonces elenco de Guillermo Barros Schelotto.
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Sí logró celebrar en el 3-1 de la Bombonera en 2017: pase de Pity Martínez y definición del Pipa para el 2-0 parcial. Obviamente, gritó y celebró cada uno de sus goles.
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